martes, 3 de marzo de 2009

Es la Copa, nuestra Copa

Hay situaciones en las que, por más que te lo propongas, no puedes luchar contra los hechos. Mi mente me dice que no, que queda un día y que el mundo sigue girando. Y es cierto, el planeta gira, pero esta vez no ha incluído en la maleta a un pueblo, a un pueblo vasco paralizado por una ilusión, por una esperanza de volver a ser quien hace 2 lejanas décadas fue.
Este es uno de esos años que, no sabes ni cómo ni por qué, pero un ligero pálpito te indica que algo grande está por suceder, que hemos sufrido mucho y que ya nos toca volver a disfrutar con nuestro máximo sentimiento. Han pasado 25 años de irregularidad, de alegrías magnificadas y de temor insostenible por un ciclo que parecía acabarse, por un gigante que parecía estar contando los días para caer derrotado a orillas del Nervión, portando una mochila de recuerdos imborrables que quedarían sumergidos en las renovadas aguas del Botxo.

Pero lo que no hace tanto tiempo fue negro, ahora es blanco o, mejor dicho, rojiblanco, de un rojiblanco que ruge como nunca por volver a ganar. Rojiblanco como las banderas que lucen en infinitud de balcones del territorio histórico bilbaíno, rojiblanco como el escudo que indica la llegada a la Catedral del fútbol, y rojiblanco como nuestro corazón a poco más de 24 horas de la gran cita.

La naturaleza es sabia, y ella ha sido quien, utilizando a las inundaciones como mensajeras, nos ha recordado que, hace 25 años, Bilbao también se inundó. Casualidad o no, podemos ver que el Barcelona, casi con total seguridad, volverá a jugar la final de Copa y, casualidad o no, podemos ver como su mejor jugador comparte país con su estrella de entonces, un Maradona que resultó devorado por los leones de San Mamés ante el delirio y la admiración de las abarrotadas gradas del Bernabeú.


Dedicado a los jugadores: Afortunados futbolistas del Athletic, vosotros sois los elegidos para representar el orgullo del pueblo vasco ante un fútbol español protagonizado por selecciones mundiales. Pero podéis estar tranquilos, no vais a estar solos.
Desde una vez amanecido el día, contaréis con el incondicional apoyo de esta afición, de vuestra afición, de la mejor afición del mundo. Algunos estarán en el campo, otros al pie del mismo haciendoos llegar el apoyo necesario para la gesta. Otros estarán en sus casas, o incluso fuera de la ciudad, porque el sentimiento Athletic se extiende hasta límites que solo podemos imaginar.
Y otros estarán arriba, viéndoos derrotar al Sevilla desde algún rincón del universo rojiblanco. Allí estarán los Zarra, Gaínza, o Pitxitxi. Apelemos al espíritu de estos. Hagamos un sueño realidad. Devolvamos la gabarra a las aguas del Nervión. AUPA ATHLETIC!! AURTEN BAI!!


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