miércoles, 31 de diciembre de 2008

Principio y final. Final y principio

Día 31. El último de diciembre fija, como cada año, lo que se supone el final de un ciclo, el inicio de una pretendida nueva vida que, con casi toda seguridad, acabará convirtiéndose en una copia de la anterior, pero con más vivencias que acarrear a las espaldas.
Sí, se acaba el 2008, es momento de echar un vistazo hacia atrás y recordar los propósitos que, hoy hace 366 días, nos metimos en la cabeza, plenamente conscientes de que nunca los llevaríamos a cabo. Pero este año sí, este año juraremos por activa y por pasiva que dejaremos de fumar, que llevaremos los estudios al día, y que solo saldremos de fiesta una vez al mes. Rezaremos a diario para que se acaben las guerras, y el hambre en el mundo, para que el planeta se disfraze de hipocresía y dibuje una piruleta que a nadie le quita el sueño.
No nos engañemos, nada de eso pasará. Mientras la mayoría de nosotros estemos disfrutando de las numerosas copas que se ofrecen en los cotillones, el ejército israelí estará bombardeando la franja de Gaza, y los palestinos pensando en como llevar a cabo una nueva intifada. Mientras nuestras familias se unan a lo ancho y largo de una adornada mesa navideña, miles de niños se estarán muriendo por no tener nada que llevarse a la boca. Y todo eso pasará en este mismo planeta en el que vivimos, pero no importa, es nochevieja.
Por un día olvidaremos que el mundo está en crisis, que la economía cae en picado, pero no nos esforzaremos por informarnos qué significa eso. Preferiremos aparcarlo en doble fila, porque de todas formas tendremos que recordarlo poco después. No repararemos en gastos. Iremos al mejor cotillón, llevaremos la mejor ropa y no escatimaremos a la hora de elegir la cena. Total, la economía es un tema de políticos y medios de comunicación.
Llenaremos los locales de Bilbao, ignorando que ETA ha vuelto a atentar, y lo ha hecho en nuestra ciudad, pero eso es algo totalmente secundario cuando un nuevo año asoma la cabeza en este inicio de invierno. No importa, total no ha destrozado la fachada de la Rockstar, ni del Avenida, ni de la Puerta del Sol.
No obstante, no es solo pesimismo lo que aflora. Atrás queda el año mágico del deporte español. Nos llenarán las televisiones con los éxitos de Nadal, y de Contador, y de la selección de fútbol, y de la de basket. Reviviremos la machada de la Davis en Mar de Plata, y la de Samuel Sánchez en Pekín.
Atrás queda el año en el que Obama ha unido al mundo por un cambio. El año que, afortunadamente, significó el adiós de Bush a la Casa Blanca.
Atrás queda un año más.



P.D. Desde aquí aprovecho para desearos un buen año a todos, y que lo paséis muy bien durante esta nochevieja. Urte berri on danoi.


1 comentario:

Zok dijo...

Es cierto todo lo que dices, y no te quito la razón, pero no ganamos nada (ni nosotros ni ellos) recordando ahora los problemas que asolan al mundo y a otras personas.

Sé que es egoísta y hará quien me tilde de anti-humanitario y tal, pero bastante jodida es la vida en general, para tener que preocuparnos por la de otros que sí, desde luego, la tienen mucho más jodida, pero lo primero que hay que hacer es mirar por uno mismo. Si alguna vez tengo en mis manos el poder para hacer algo útil de verdad lo haré, pero hoy por hoy... prefiero ocuparme de ordenar mi vida.

Y estamos aquí para disfrutar hostia. Hoy será una gran noche. Ya estará el 2009 para volver a no cumplir todos esos utópicos propósitos.

Urte berri on y a desfasar un año más.