miércoles, 1 de octubre de 2008

Va por ustedes

Aún a sabiendas de que no tengo muchas cosas que exponer, me he animado a iniciar esta actualización, aunque es mi deber adelantar que no se si lograré llegar al final.

Hoy, "Día Internacional de la Tercera Edad", quiero acordarme y me acuerdo de nuestros mayores, quienes han vivido en un mundo muy distinto al que nosotros, hoy en día, conocemos. Para iniciar esta andadura por los tiempos que nos preceden en la historia de este país que nos da cobijo, mencionaré el primer obstáculo que superó la generación a la que pretendo homenajear.
Tras unos años de inestabilidad política, motivados por una Guerra Mundial que asoló Europa y, sobre todo, por la crisis económica del 29, España se aventuró en una República con trágico final, que inició una nueva época. Nuestros abuelos, quien más quien menos, vivieron (generalmente de forma pasiva) una guerra civil que dividió al país, sufrieron, de forma inconsciente, el ataque de los nacionales. Cuando todo acabó, cuando se cerró la puerta a la violencia, se abrió otra aún más cruel, que cobraba el nombre de postguerra, a la que tuvieron que hacer frente para enseñar a las futuras generaciones los errores que no habíamos de cometer.

Con Franco instalado de manera vitalicia en el poder, sufrieron las restricciones y las injusticias propias de una dictadura tan venerada por algunos como odiada por otros. Descubrieron una primera y cruel etapa de consolidación, sufrieron en sus carnes el aislamiento económico desde Europa y el tramo final de recuperación económica estatal. Todo ello trabajando por sacar adelante una familia, con unas facilidades muy lejanas a las que nosotros conocemos. Contribuyeron con su voto a la proclamación de la Constitución, a la instalación de la democracia. Se inquietaron con el, afortunadamente fracasado, intento de golpe de Estado aquel 23 de Febrero.
Es a ellos, junto a las generaciones posteriores, a los que debemos los que hoy en día somos, porque ellos creyeron que era posible un mundo mejor, un país mejor.

Nosotros vivimos en la era de Internet y de los teléfonos móviles, y la televisión digital nos hace olvidar que, en un pasado, ésta, la analógica obviamente, fue en blanco y negro. Lamentamos (desgraciadamente, no todos) ver por televisión las complejidades de los inmigrantes por abandonar un país en busca de dinero y comida, ignorando que, no hace mucho, eran los españoles los que cruzaban el charco en busca de una vida mejor. Nos quejamos porque nos hacen estudiar historia, sin considerar que es preferible estudiarla que vivirla directamente. En definitiva, debemos congratularnos por vivir la época que nos ha tocado vivir, pero no está de más conocer y, sobre todo, recordar las dificultades de otras décadas.

Personalmente, puedo decir que Maradona eligió mi año para marcar el mejor gol de todos los tiempos. Que en mi tercer año de vida derribaron el Muro de Berlín, cuando no sabía si Berlín era una ciudad o un animal salvaje. Que mi uso de razón aún no fue testigo del éxito de la expedición española en Barcelona 92´. Empezamos a conocer las crueldades de la vida con aquel fatídico 11-S que, lamentablemente revivimos 2 años y medio después. Pero eso sí, hemos visto a España ganar la Eurocopa de fútbol, algo que escribo con mucho sarcasmo, para el que no aprecie la evidencia.

Ahora, feliz porque parece que podré acabar este escrito, hago un llamamiento a valorar a nuestros mayores porque, tal y como diría Oliver Wendell Holmes, "Los jóvenes conocemos las reglas. Los viejos las excepciones".


P.D. Porque hay vida más allá de la fiesta, incorporo al blog un texto que considero justo, agradeciendo a la tercera edad todo lo que en su día hicieron por nosotros.

1 comentario:

Mario dijo...

completamente de acuerdo en todo!