Descanso previo

Cierto es que, cuando a quedarme en casa me refiero, son múltiples las dudas que acechan a mi palabra pero, de tanto repetirlo acabé creyéndomelo. Sí, era viernes, llegaba a casa después de un entrenamiento típico en un día previo a partido. "No voy a salir" pensé. Y es que, sinceramente, no encontraba ningún aliciente que me animara a cruzar la puerta de casa y caminar durante 10 minutos (en el mejor de los casos).
Ese era uno de mis principales motivos, no el único. Un fin de semana exigente, en lo que a la economía se refiere, se presentaba. Cierto es que siempre es de agradecer, cuando el mes de turno llega a su fin, los 36 euros que llegan a nuestras manos provenientes de la S.D. Etxebarri, cantidad que, en mi opinión, no merecemos (aunque no nos vamos a quejar). Pero no menos cierto es el previo pago del autobús a Salou ayer efectuado, algo que es una suma ridícula en comparación con lo que queda por gastar.
Pero sobre todo, hoy es un día importante en lo que a la fiesta se refiere. De vez en cuando, entre tanda y tanda (de lo que sea, los implicados lo entenderéis) surge una genial idea de organizar una cena con la misiva de hacer equipo pero, por encima de todo, con el objetivo claro de vivir una noche de desfase total en compañía de los compañeros, valga la redundancia.
Es éste el motivo principal que me llevó a tomar la decisión de quedarme ayer jugando al Cycling. Mientras Luis León Sánchez ganaba la crono de la Vuelta a Castilla, yo hacía cálculos económicos y descansaba el cuerpo (no la vista) para la noche siguiente.
En resumidas cuentas, no valen escusas. Eso sí, antes es de principal incumbencia ganar el partido frente al Begoña, no vaya a ser que se nos atraganten las croquetas.

P.D. Escribo las postdata de hoy porque se ha convertido en tradición. Pero recordad, no habléis si no estáis seguros de que lo que vais a decir es más bonito que el silencio. ¿Veis?, yo he hablado y he dicho una tontería.