7-F

Los exámenes, como llegaron, se fueron. Al menos para la mayor parte de los estudiantes de la UPV, quienes podremos disfrutar de una noche bilbaína tranquila. Sin excesos, sin personas excesivamente avanzadas en edad y, lo más importante, suponiendo que quedaron en la E.S.O., sin energúmenos buscadores de broncas, indiferentes ante la diversión y la tranquilidad.
Un día especial, sin duda. Un retroceso en el tiempo, un recuerdo de los jueves de antaño, ahora reducidos a dos cervezas en el barrio y, si acaso, un kalimotxo. Se puede volver a retar a la autoridad, aunque con menos emoción, teniendo en cuenta que no es fin de semana, que disminuye el dispositivo policial, aunque no faltarán desafortunados encargados de acatar las órdenes del Sr. Alcalde.
Recordad las promesas, los planes, las escusas de estos días anteriores, justificandoos en vuestra espera impaciente ante este día. Muy bien, el 7-F ha llegado y no se permiten fallos, que para ello habéis trabajado duro en los últimos tiempos (o eso decíais, al menos).

Aprovechando que el texto de hoy es corto, me gustaría animar a los tres jugadores del Athletic implicados en los famosos escarceos nocturnos posteriores al partido del Barcelona. Entendamos que son jóvenes, famosos (unos más que otros), y con dinero, con mucho dinero, una mezcla determinante en este caso. Simplemente, solicitar comprensión, nosotros también lo haríamos. Y recordad una cosa, cuando dos de los ahora implicados salían de noche, estábamos paseando el nombre del Athletic por Europa, no pasaba nada. ¿Y si es positivo que los futbolistas desconecten de su vida diaria? (Siempre y cuando no tengan obligaciones al día siguiente, eso sobra decir)

P.D. Ronaldinho recorría la noche barcelonesa y el Barsa ganó la Liga y la Champions. Entonces le reían las gracias. Esto fue así hasta que dejó de enchufarlas. Ahora sobra en el Bracelona porque es un borracho. No seamos hipócritas, es la misma persona que antes, pero menos acertada.