jueves, 14 de febrero de 2008

A Salou se ha dicho

Dicho, y casi hecho. Aún faltan unos pequeños flecos por zanjar pero, al parecer, visitaremos la costa catalana la segunda semana de Pascua. En comparación con otros muchos asuntos, esta vez no ha faltado el acuerdo y ha primado la decisión, característica fundamental en un viaje de este tipo. En una semana de un esfuerzo mínimo y una rentabilidad máxima vamos cerrando temas, tales como la inscripción en el torneo universitario de primavera o el viaje, propiamente dicho.
Finalmente seremos 8 personajes (algunos más que otros) los que subiremos en el autobús que se preste a transportarnos, y contaremos con la presencia, una vez allí, del personaje mayor, considerando prescindible escribir el nombre.
Una semana de desconexión total con el día a día, en el hipotético caso de que alguno haya conectado alguna vez. Una semana de piscina y fiesta, que pese a ello, tiene que reservar un tiempo para cuidar la línea en el gimnasio (o al menos, eso decimos ahora). Hay quien habla, incluso, de ejercicio matutino, aunque yo me permito el lujo de dudar acerca de la veracidad de esas palabras.

Otro punto destacado del día de hoy es la famosa huelga general convocada por la izquierda abertzale. Quizá sea adecuado indicar el escaso seguimiento que ha obtenido, ya que la población vasca se ha pronunciado a la japonesa, ocupando sus puestos de trabajo. Si acaso alguna barricada puntual en las principales redes de carreteras y líneas de metro. Incidentes, por tanto, numerosos, pero de escasa incidencia.

P.D. A falta de una postdata clara, aprovecho para felicitar a todos aquellos que celebréis el día del Corte Inglés, San Valentín para los aún engañados.

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